Bendición del Hogar y el Linaje: Un Acto de Autorización Conjunta
- LEON DAVID ZP
- 14 sept
- 4 Min. de lectura
Escena: Una discusión en pareja.
Todos hemos discutido en algún momento de la vida con nuestra pareja, a veces mucho, a veces poco; hoy reconozco algunos ciclos en ella y en mí, donde estamos especialmente propensos a armar una discusión, a retarnos, a tocar nuestras heridas y vulnerabilidades.
Muchas veces esas discusiones acaloradas o no, se resuelven en un acto íntimo de placer, en el sexo por ejemplo, o un simple abrazo, o en dormir de espaldas, todo dependerá de que tan dispuestos estemos a "resolver" ese conflicto, o de pasar la página, y hacer como si nada.
En medio de esos ciclos emocionales por los que pasamos todos, algunos métodos de resolución resultan más propicios que otros; “No todo puede terminar en la cama” porque, aunque es tentador, también puede resultar en cíclico y tóxico; de forma inconsciente programamos la relación para "pelear por placer", es decir, si todo se resuelve ahí, de alguna manera estaremos buscando una nueva discusión para terminar en el placer de la intimidad.
Escena: Luego de un día agotador empezamos una discusión que parecía no acabar, cada uno tenía sus argumentos, cargas y reproches, dos niños heridos tocando la vulnerabilidad del otro, y, de repente algo distinto pasó, un silencio agotador de ambos, como diciendo ¡me rindo!
Una mirada de reconocimiento de que en realidad estábamos aceptando que no era la forma ni el camino, que ahí ya habíamos estado muchas veces y el resultado se podría ver con anticipación.
No recuerdo quien habló primero, pero se notó en el tono de los dos el cansancio de eso que parece nunca terminar.
No quiero más esto, dijo mi esposa y, fruto de la rendición de ambos llegó algo nuevo; no queríamos repetir de forma consciente el ciclo de pelea y placer, entonces decidimos hacer algo distinto, mucho más profundo "decidimos orar".
La oración es uno de los actos de intimidad más profundos que he podido experimentar en mi proceso personal, y al hacerlo con mi esposa, el mundo se detiene y ocurre la magia; la oración, la meditación o la intención antes y/o después de actos íntimos como las discusiones, el sexo, la alimentación, el despertar, el acostarse a dormir, es mágica, alimenta el alma y recarga.
La intención unida de dos personas transforma la realidad del hogar.
En esta entrada te quiero dejar una oración de mi autoría, que ha servido en esos momentos de cansancio emocional.

Amada Presencia, hoy estamos aquí, como pareja y como hogar, autorizando tu intervención para que, de la forma más adecuada, nos sean entregados los mensajes que nuestras almas y nuestra verdadera esencia quieren revelarnos.
Aceptamos juntos el proceso de transformación personal y familiar, dejando a un lado la razón que limita, la lógica que encierra y las creencias que pesan, y permitiendo la guía del corazón, el sentir y de la intuición.
Aceptamos la intervención de nuestro Ser, para sanar nuestra mente, corazón, cuerpo, memorias celulares, estructura de nuestro ADN, y poder vibrar en sintonía con nuestra esencia y con la misión de nuestro linaje.
Hoy nos amamos, nos aceptamos y permitimos tu intervención, para que este amor crezca cada día más.
Nos perdonamos como pareja y como individuos, por cargar lo que no nos correspondía, por creer lo que no era necesario, por darle más voz a la sombra que a la luz en nuestra relación.
Gracias, porque reconocemos que nuestra historia ha sido el camino perfecto para encontrarnos y recordar quiénes somos, gracias por la Bendición del Hogar y el Linaje del que venimos.
Hoy aceptamos el proceso, nos amamos, agradecemos y permitimos vivir en plenitud.
Padre Celestial, Madre Divina, bendice a mi esposa/esposo, que su corazón despierte a la plenitud y la abundancia, que encuentre alegría y libertad en la corresponsabilidad del hogar, que se reconozca suficiente, plena(o) y próspera(o).
Invocamos a nuestros ángeles de la guarda para que se comuniquen y juntos nos guíen hacia la cooperación, la unidad y el amor.
Bendice nuestro hogar y nuestra descendencia.
Que nuestras hijas, nuestros hijos, y los hijos de ellos, crezcan en raíces de fe, prosperidad y vida nueva.
Que se corte en nosotros todo patrón de carencia, juicio o sacrificio, y florezca en nuestro linaje la plenitud de tu provisión.
Hoy confirmamos que:
✨ Vivimos desde el amor;
✨ Caminamos en unión contigo y con nuestra familia;
✨ Somos cocreadores de tu obra;
✨ Nos reconocemos como administradores de tu obra, y a ti como el Proveedor del hogar.
🌿 Gracias porque ya todo está dado.
🌿 Gracias porque somos abundantes, sostenidos y guiados.
🌿 Gracias porque este acto de autorización abre un nuevo tiempo para nosotros, para nuestra unión, para nuestros hijos y para las generaciones por venir.
Amén.
Nota: También hemos caminado descalzos por el césped de la casa, abrazado un árbol, meditado, caminado en el bosque, abrir una botella de vino y brindar por la discusión y su enseñanza.
Juntos en eso, los dos contra la situación.
Con carño LEÓN.




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